Cómo librarte del estrés y perder peso en vacaciones
El estrés no es malo. Permitió a nuestros antepasados reunir energía suficiente como para enfrentarse o salir huyendo de las fieras y otras amenazas. Lo malo es que esas amenazas ya no existen y, sin embargo, vivimos en estado de alerta permanente. Sobrecarga de trabajo, problemas con la pareja o los hijos, dificultades para llegar a fin de mes, prisas continuas… el organismo las ‘lee’ como peligros vitales y, en respuesta, desata cascadas de hormonas y señales nerviosas que, como no ceden nunca, acaban deteriorando la salud, tanto física como mental.